“Tempestad”, se le oyó murmurar a Miranda que todavía sostenía parte de la tablilla en sus manos, ella miro de reojo a Leo que se estaba mirando las uñas para no contestar a lo que a todos les parecía obvio, el azul era el color de Miranda.
Gabriel se levanto tomando la cuadrilla de las manos de Miranda, diciendo, “Tempestad, yo creo que aquí no hace falta mucho análisis, después de todo cuando expliqué que el blanco era el color que le pertenecía a Mariana por su pureza de espíritu, lo mismo se le puede aplicar a Miranda”
Leo asintió cruzando los brazos sobre su pecho, manteniéndose en silencio ya que no era necesario que aportara opinión alguna, aunque estaba seguro de que si hablaba Miranda lo iba a hacer arder en el infierno por los siglos de los siglos, amen, así que el prefería mantener su pellejo intacto.
“Ya tu sabes cual es método,” Gabriel dijo avanzando hacia el cuadro que estaba a la derecha de Miranda que también era azul, azulito, el tocó el suelo pero no podía controlar el temblor que tomo control de su cuerpo ya que si este no era el color de Miranda, le esperaba una muerte rápida, la sensación de que unas manos frías, espeluznantes lo agarraban por la garganta para cortarle la respiración lograron que el quitara las manos del suelo de golpe jadeando, “Es un péndulo circulante, con la particularidad que viene acompañado de una lanza también”.
Miranda contuvo la respiración cuando escucho a Gabriel dando su dictamen, pero no hizo comentario alguno, ella camino hasta su cuadro y sin pensarlo dos veces no hizo mas que poner los dos pies sobre el cuadro, esperando un dolor insoportable, o que su cuerpo se despedazara sin mas, pero nada sucedió como era de esperarse, ella soltó su aliento Mirando a los demás con un poco de alivio, ella dirigió su mirada hacia Leo que se notaba tranquilo aun sabiendo que el que quedaba era su hermano, y el que había arriesgado la vida constantemente había sido su hermano, por una mala pasada del destino el no había podido jugar a su caballero encantado pero estaba agradecida que no le había sucedido nada y que hasta ahora todos estaban intactos.
“Solo faltas tu Gabe,” Comento Leo con la voz entrecortada ya que nadie estaba allí para poder ayudar a Leo por si algo sucedía.
“Si,” Leo dijo sin necesidad de que se lo recordara su hermano, el no toco el piso para saber que le esperaba si algo lo iba a matar que fuera de una vez, de sorpresa, no quería andar después preguntándose en el mas allá si pudo haber hecho algo para evitar su muerte.
El piso su cuadro de color verde esperando a que la trampa que había por debajo se accionara, pero en vez de que se accionara la trampa algo extraño empezó a ocurrir, el techo que anteriormente se había bajado un centímetro cuando habían lanzado las monedas para ver que ocurría, este de nuevo empezó a bajar lentamente, haciendo que los ocupantes del pasillo todos empezaran a moverse de cuadro en cuadro por los colores designados a cada uno tratando de no tropezar los unos con los otros o de pisar el color errado.
“¡Maldición!”, mascullo Leo llegando al final del pasillo cuando ya el techo estaba casi a su altura.
Presos del terror los demás empezaron casi a correr para no quedar aplastados por el techo que bajaba con mas rapidez a medida que ellos avanzaban, pero todos lograron llegar hasta el final logrando que el techo se detuviera casi a la altura de la estatura de Miranda, que era una cabeza mas baja que Leo.
“Ok, yo quiero saber que decía tu color, Gabe”, dijo Leo tratando de calmar las palpitaciones de su corazón.
Gabriel se dio media vuelta para tomar la cuadrilla que tenia el color verde, el pensaba que la misma no iba a ceder cuando el intento levantarla, pero cedio, dando a entender que cualquiera de ellos pudo haberlo hecho si nada mas hubieran hecho las cosas de otra manera, el levanto la cuadrilla, cuando el la volteo esbozó una sonrisa de satisfacción diciendo, “Inteligencia”.
Gabriel se levanto tomando la cuadrilla de las manos de Miranda, diciendo, “Tempestad, yo creo que aquí no hace falta mucho análisis, después de todo cuando expliqué que el blanco era el color que le pertenecía a Mariana por su pureza de espíritu, lo mismo se le puede aplicar a Miranda”
Leo asintió cruzando los brazos sobre su pecho, manteniéndose en silencio ya que no era necesario que aportara opinión alguna, aunque estaba seguro de que si hablaba Miranda lo iba a hacer arder en el infierno por los siglos de los siglos, amen, así que el prefería mantener su pellejo intacto.
“Ya tu sabes cual es método,” Gabriel dijo avanzando hacia el cuadro que estaba a la derecha de Miranda que también era azul, azulito, el tocó el suelo pero no podía controlar el temblor que tomo control de su cuerpo ya que si este no era el color de Miranda, le esperaba una muerte rápida, la sensación de que unas manos frías, espeluznantes lo agarraban por la garganta para cortarle la respiración lograron que el quitara las manos del suelo de golpe jadeando, “Es un péndulo circulante, con la particularidad que viene acompañado de una lanza también”.
Miranda contuvo la respiración cuando escucho a Gabriel dando su dictamen, pero no hizo comentario alguno, ella camino hasta su cuadro y sin pensarlo dos veces no hizo mas que poner los dos pies sobre el cuadro, esperando un dolor insoportable, o que su cuerpo se despedazara sin mas, pero nada sucedió como era de esperarse, ella soltó su aliento Mirando a los demás con un poco de alivio, ella dirigió su mirada hacia Leo que se notaba tranquilo aun sabiendo que el que quedaba era su hermano, y el que había arriesgado la vida constantemente había sido su hermano, por una mala pasada del destino el no había podido jugar a su caballero encantado pero estaba agradecida que no le había sucedido nada y que hasta ahora todos estaban intactos.
“Solo faltas tu Gabe,” Comento Leo con la voz entrecortada ya que nadie estaba allí para poder ayudar a Leo por si algo sucedía.
“Si,” Leo dijo sin necesidad de que se lo recordara su hermano, el no toco el piso para saber que le esperaba si algo lo iba a matar que fuera de una vez, de sorpresa, no quería andar después preguntándose en el mas allá si pudo haber hecho algo para evitar su muerte.
El piso su cuadro de color verde esperando a que la trampa que había por debajo se accionara, pero en vez de que se accionara la trampa algo extraño empezó a ocurrir, el techo que anteriormente se había bajado un centímetro cuando habían lanzado las monedas para ver que ocurría, este de nuevo empezó a bajar lentamente, haciendo que los ocupantes del pasillo todos empezaran a moverse de cuadro en cuadro por los colores designados a cada uno tratando de no tropezar los unos con los otros o de pisar el color errado.
“¡Maldición!”, mascullo Leo llegando al final del pasillo cuando ya el techo estaba casi a su altura.
Presos del terror los demás empezaron casi a correr para no quedar aplastados por el techo que bajaba con mas rapidez a medida que ellos avanzaban, pero todos lograron llegar hasta el final logrando que el techo se detuviera casi a la altura de la estatura de Miranda, que era una cabeza mas baja que Leo.
“Ok, yo quiero saber que decía tu color, Gabe”, dijo Leo tratando de calmar las palpitaciones de su corazón.
Gabriel se dio media vuelta para tomar la cuadrilla que tenia el color verde, el pensaba que la misma no iba a ceder cuando el intento levantarla, pero cedio, dando a entender que cualquiera de ellos pudo haberlo hecho si nada mas hubieran hecho las cosas de otra manera, el levanto la cuadrilla, cuando el la volteo esbozó una sonrisa de satisfacción diciendo, “Inteligencia”.
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